venerdì 16 ottobre 2009

Los simbolismos bìblicos

El Castillo interior es un libro simbòlico. Lo es en su sìmbolo estructural, con sus mchos significados y referencias, lo es en los otros simbolismos que estructuran las diversas moradas, como el simbolismo da las dos fuentes en las IV moradas, el del gusano de seda en las dos fuentes en las IV moradas, el de gusano de seda en las V moradas, el matrimonio espiritual con sus tres etapas (venir a vistas, desponsorio espiritual y matrimonio espiritual) en las ùltimas moradas. El esquema de sìmbolos que ofrecemos a continuaciòn nos ayuda todavìa a percibir otras simbologìas menores, con sus connotaciones bìblicas, que van trenzando las exposiciòn del itinerario interior de las moradas.
En la primeras moradas la Santa plantea desde su visiòn mìstica de las séptimas moradas la antìtesis entre la gracia y el pecado. Son simbolismos de la gracia (I, 1,1; 2,1) la visiòn luminosa della persona como morada de Dios (Jn 14,23) piedra preciosa y jaspe cristalino (Ap 21,11), paraìso de Dios (Prov. 8,1) fuente clara (Ap 22,1, àrbol de vida (Ap 22,2; Sal 1,1), la ciudad y morada santa, trasparente como el cristal (Ap 21,21). Sin embargo la persona en pecado la describe con esos simbolismos fundamentales que abundan en la Biblia: un cuerpo paralìtico, tiniebla y oscuridad. Dios a su vez, que mora dentro del alma es como fuente de luz (Ap 22,5; I, 2,1-3) manatial de agua viva (I, 2-1-3) sol (I 2, 1-3). El demonio se transfigura en àngel de luz (2 Cor 11,14; I, 2,15). Un simbolismo que repite en otras ocasiones (V, 1,1; V 1,5).
En las segundas moradas no abundan los simbolismos, pero se revelan algunas pinceladas importantes de caràcter pedagògico, concentrado en el tema de la lucha y de la perseverancia [...] semejantes imàgenes podemos encontrar en el moment de la prueba que es caracterìstico de las terceras moradas: la vida de la gracia es como casa que hay que guardaar (Mt 24,43;III 1,2).
En la quarta moradas [...] he aquì un breve panorama de sìmbolos con sus posibles reminisciencias bìblicas: la oraciòn de la quarta moradas como manantial y surtidor interior de agua viva o como brasero de fuego en el que se echan perfumes olorosos. La figura del nino amantados a los pechos de su madre (sal 131,2; Is 66,10-14a; IV 3,10) el silbo del Rey Pastor (Sal 22; Zac, 10,8; Ez 34,13-14; IV 2,6). Tambien ilustra la interiorizatiòn del l'alma que se retira a su interior como el movimiento del erizo o de la tortuga (IV, 3,3).
Las quintas moradas se caracterizan por los simbolismos de la uniòn y de la trasformaciòn de la persona. (Continua)

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